El duelo de este sábado, en el que Raúl tuvo que ser sustituido al lesionarse en la jugada previa al gol de Jurado, fue un ejemplo de manual de un partido de dos caras.
La primera fase duró hasta el minuto 58, cuando llegó el gol de Jurado, y en ella el Schalke fue puesto contra la pared por el Bayern, que tenía más posesión de pelota, llegaba más al área y generaba las mejores posibilidades de gol.
El mejor jugador del Schalke era el meta Manuel Neuer, que salvó en dos ocasiones a su equipo con grandes paradas ante sendos remates de Toni Kroos en los minutos 34 y 38. Y en el 39 fue el poste el que salvó al Schalke ante un remate de Bastian Schweinsteiger.
Hubo más llegadas claras y el Schalke parecía embotellado en su propia área, a veces defendiéndose con siete y ocho hombres, y la jugada del gol surgió justamente en una acción que parecía destinada, ante todo, a salir de esa situación desesperada.
Neuer hizo un saque largo y el balón encontró a Raúl que, tras llegar al área, terminó ganándole de manera algo aparatosa el duelo al brasileño Breno. Su remate fue interceptado pero el rebote lo recogió Jurado, que marcó de potente disparo.
Con el gol, el partido se convirtió en algo completamente distinto. El Schalke se llenó de confianza y tuvo una fase en la que puso el balón en la mitad del Bayern casi permanentemente y que desembocó en el segundo gol, marcado por el central Benedict Howedes.
El Bayern se desinfló, como si empezaran a pesarle las oportunidades que no había aprovechado en la primera parte. La victoria le da al aire un respiro en la lucha contra el descenso en que la que está envuelto.
Para el Bayern, mientras tanto, la derrota representa un duro revés en su aspiración de iniciar una remontada para cazar al líder Borussia Dortmund, que podría aumentar este domingo su ventaja a 17 puntos.
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