domingo, 11 de julio de 2010

Las grandes finales de la historia

La final de la Copa Mundial de la FIFA Sudáfrica 2010 va a pasar a la historia, ya que, a su conclusión, una nueva selección ascenderá al Olimpo de las campeonas mundiales.

PlanetaFútbol te ofrece una retrospectiva de las finales que han ido forjando la mitología del deporte-rey.

Uruguay – Argentina, Uruguay 1930 (4-2)

El estadio Centenario es el mítico escenario que albergó la primera final de la Copa Mundial de la FIFA, que enfrentó al país anfitrión contra sus vecinos argentinos. La Albiceleste parecía haber encarrilado sus opciones al título tras llegar al descanso con 1-2 a su favor, pero los uruguayos le dieron la vuelta a la tortilla en el segundo periodo, con tres tantos obra de Cea, Iriarte y Castro. Fue el propio Jules Rimet quien entregó a los charrúas el primer trofeo mundialista. No es de sorprender que el día siguiente fuese decretado festivo en Uruguay, para permitir que el pueblo uruguayo tuviese tiempo libre para celebrar el acontecimiento como era debido.

Uruguay – Brasil, Brasil 1950 (2-1)

Tras los triunfos italianos en las ediciones de 1934 y 1938, la Copa Mundial de la FIFA regresó a Sudamérica. Brasil se encargó de organizar esta cuarta edición, cuyo partido final no fue una gran final como actualmente la conocemos, sino en realidad el último choque disputado en el grupo que conformó la llamada ronda final. En aquel encuentro definitivo, la propia Seleção coqueteó con la gloria al abrir el marcador cuando apenas se llevaban dos minutos de la reanudación. Sin embargo, el público del estadio Maracaná de Río de Janeiro, que ese día dio cabida nada menos que a 173.850 espectadores, fue testigo de un tremendo varapalo, al ver cómo los uruguayos batían posteriormente por dos veces al guardameta auriverde, con tantos de Schiaffino y de Ghiggia. Este partido, considerado en lo sucesivo como una de las mayores sorpresas en la historia de la competición, iba a quedar grabado en la memoria colectiva brasileña como la tragedia del Maracaná: el famoso "Maracanazo".

República Federal de Alemania – Hungría, Suiza 1954 (3-2)

Esta final de la Copa Mundial de la FIFA 1954 se conoce como "el milagro de Berna". Los alemanes occidentales rompieron todos los pronósticos al doblegar a los húngaros, grandísimos favoritos. Fueron los Magiares Mágicos, no obstante, quienes se adelantaron en el marcador y, con un cómodo 0-2, parecían confirmar su favoritismo, gracias a Ferenc Puskas y Zoltan Czibor. Sin embargo, Max Morlock y Helmut Rahn volvieron a meter a la Nationalmannschaft en el partido y, a seis minutos del final, fue de nuevo Rahn quien apuntilló a Hungría. Una alegría inmensa invadió a la población alemana, que en su mayoría siguió el choque por la radio, escuchando los comentarios exaltados del periodista Herbert Zimmermann. Ningún aficionado germano ha olvidado sus palabras tras el pitido final: “¡Se acabó! ¡Se acabó! ¡Se acabó! ¡Alemania es campeona del mundo tras imponerse por 3-2 a Hungría!”.

Brasil – Suecia, Suecia 1958 (5-2)

Fue el año en el que Brasil se unió al selecto club de selecciones campeonas mundiales. En la final, quedó marcada para siempre la huella de O Rei Pelé. Tras haber dado a su selección el pase a la instancia decisiva con sus tres tantos en la semifinal contra Francia, Edson Arantes do Nascimento se convirtió en el jugador más joven de la historia en ver puerta en una final de la Copa Mundial de la FIFA, con 17 años y 249 días. El tercer gol brasileño, una obra maestra del joven prodigio, quedará para siempre en los anales del fútbol. Pelé recibió el balón dentro del área, realizó un sombrero magistral y fusiló al portero sueco con un potente disparo. O Rei, incluso, abultó el resultado en el último minuto, sellando el primero de los cinco títulos que ostenta la Seleção a día de hoy.

Inglaterra – R.F.A., Inglaterra 1966 (4-2 tras la prórroga)

El mismo Alfred Hitchcock podría haber escrito el guión de esta final llena de alternativas, que proclamó a Inglaterra campeona mundial por primera y única vez en su historia, tras un triunfo ante la República Federal de Alemania al cabo de la prórroga. En los últimos instantes del tiempo reglamentado, el combinado local iba ganando por 2-1 y ya se veía campeón, pero ahí fue cuando Wolfgang Weber restableció las tablas en el marcador. En la prórroga, fue Geoffrey Hurst quien resolvió la contienda al perforar por dos veces la portería germana, convirtiéndose así en el primer jugador que metía tres goles en una final de la Copa Mundial de la FIFA. A la postre, el público de Wembley invadió el terreno de juego para celebrar la hazaña junto a sus héroes.

Holanda – R.F.A., Alemania 1974 (1-2)

Después de su marcha triunfal hacia la final, nadie dudaba que los Oranje conquistarían su primer título mundial. Los hombres de Rinus Michels no habían perdido ningún partido y se habían cargado a los brasileños, defensores del título, gracias a un par de dianas de Neeskens y Cruyff. En la final, fue el combinado neerlandés el que cobró primero ventaja, al transformar Neeskens una pena máxima. Fue el gol más rápido en las finales de la Copa Mundial de la FIFA, minuto y medio después del saque inicial. Sin embargo, los alemanes occidentales empataron, también de penal, por mediación de Paul Breitner. A la postre, fue el legendario goleador Gerd Mueller quien puso fin a las ilusiones de Holanda al marcar el segundo de la Nationalmannschaft, adornando así la camiseta germana con su segunda estrella. Los Oranje volvieron a estrellarse de nuevo en la final cuatro años más tarde, en Argentina. ¿No hay dos sin tres?

Alemania – Argentina, Italia 1990 (1-0)

Esta final fue una reedición de la de México 1986, cuando Maradona y sus compañeros dieron a Argentina su segundo título. En 1990, no obstante, la alegría recayó en el bando alemán. Los hombres de Franz Beckenbauer deben su cetro a Andreas Brehme, que marcó de penal a cinco minutos del pitido final. Como anécdota para la pequeña historia, el defensa germano sorprendió a todo el mundo al ejecutar su lanzamiento con la derecha, siendo que normalmente le pegaba con la zurda. Alemania se proclamó campeona mundial por tercera vez y, gracias a ese título, el Káiser figura actualmente junto al brasileño Mario Zagallo como únicos futbolistas que se han adjudicado el trofeo supremo como seleccionadores después de haberlo levantado como jugadores.

Brasil – Francia, Francia 1998 (0-3)

Tras haberse proclamado campeón mundial por cuarta vez en 1994, Brasil regresó a la final cuatro años más tarde con la esperanza de añadir una quinta estrella a su escudo. Sin embargo, los hombres de Aimé Jacquet tenían otros planes y, como país anfitrión, infligieron a la canarinha un contundente 3-0. Gracias a Zidane, que marcó dos veces de cabeza tras sendos saques de esquina, y a Petit, que sentenció la contienda al contragolpe, Francia se incorporó al club de las campeonas mundiales de fútbol. Las imágenes de la marea humana que pobló los Campos Elíseos aquella noche del 12 de julio de 1998, y la de un Jacques Chirac eufórico, ya forman parte de los libros de historia.

Alemania – Brasil, Corea/Japón 2002 (0-2)

La final de la Copa Mundial de la FIFA Corea/Japón 2002 fue la primera que se disputaba fuera de Europa y de América. Ronaldo se erigió en el héroe indiscutible de la final. Marcó los dos tantos del partido, dio a Brasil su quinto título y se “calzó” la Bota de Oro adidas. El defensa y capitán auriverde Cafú también pasó a la historia, al disputar su tercera final mundialista. Por otro lado, se trataba de la séptima final tanto para la Seleção como para la Nationalmannschaft.

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