sábado, 31 de julio de 2010

Leyendas - Semana 21: Paolo Rossi "El cazagoles al rescate de Italia"

Paolo Rossi nació en Santa Lucía (Prato), 23 de septiembre de 1956 es un ex futbolista italiano. Fue formado como futbolista en el Cattolica Virtus de Florencia y en la Juventus de Turín, una pequeña sociedad toscana de la cual forma parte hasta los 11 años. Luego como diversión, Paolo con su hermano Rossano juega de delantero en su primer equipo, el Como Calcio de Italia, debutando allí en 1975.

Algunos futbolistas dejan su impronta en el juego, otros son capaces de exhibiciones técnicas extraordinarias y otros impresionan por su físico. Paolo Rossi no entraba en ninguna de estas categorías. Era "sólo" la encarnación del cazagoles. Durante los torneos de la Copa Mundial de la FIFA de Argentina 1978 y, sobre todo, de España 1982, este italiano conjugó la sobriedad de movimientos, la perfección en la ubicación sobre el terreno y el oportunismo innato, convirtiéndose así en uno de los mejores goleadores del mundo del fútbol.

Golpeado por el escándalo

Y eso que la carrera profesional de Paolo Rossi pudo haber terminado prematuramente en 1979. Disfrutando todavía del reconocimiento internacional que le había reportado su destacada actuación en Argentina, el delantero regresó al Campionato para dirigir el ataque del Peruggia. Su temporada iba muy bien hasta el 30 de diciembre de 1978 cuando su equipo sólo arrancó un empate 2-2 con el Avellino.

Al año siguiente, tras una investigación, se acusó y condenó a Rossi y a otros jugadores por haber amañado el partido. El delantero italiano afirmó no haber hecho más que responder inocentemente a una pregunta hecha por un jugador rival: "¿2-2? Si quieren...". A pesar de negarlo, se le impuso un fuerte castigo: tres años de suspensión, que se quedaron en dos tras apelar a la medida. Rossi, que entonces tenía 22 años, vio su trayectoria cortada cuando se encontraba en pleno ascenso.

Una joven promesa

El Juventus de Turín se había fijado en él a una edad muy temprana y, en 1975, lo cedió al Como, de la Serie B, para que se foguease. Más tarde recaló en las filas del Vicenza, también de la Serie B, en donde explotaría: 21 goles en la temporada 1976-1977, que sirvieron a los Biancorossi para ascender a la Serie A. La temporada siguiente lo haría aún mejor, al lograr 24 tantos, que permitieron a su equipo acabar segundo, por detrás de la Vecchia Signora.

Lógicamente, Enzo Bearzot lo convocó con la selección ese mismo año. Rossi parecía imparable. A los 21 años, hizo un excelente papel en Argentina 78, en donde mostró al mundo su oportunismo. Tres goles y dos asistencias: un balance alentador.

Con una altura de 1,74 m y 66 kilos de peso, no era un jugador físico, aunque siempre estaba en el lugar preciso. Su primer gol con Italia, ante Francia, en Mar del Plata, fue el perfecto ejemplo de ello: tras una bella combinación en ataque a ras del suelo, el balón le rebotó a Rossi en la tibia y entró en la portería. Tras el torneo recibiría el apodo de "Pablito". Siempre estaba en el lugar adecuado en el momento exacto.

Luego vendría la suspensión. El Juventus de Turín lo había repescado justo antes de la sanción, y Rossi tuvo que pasarse dos largos años sin jugar. Volvería a los terrenos de juego a finales de abril de 1982, varias semanas antes del Mundial de España 1982. Enzo Bearzot, que seguía en el banquillo de la Squadra Azzurra, le hizo un primer regalo: llevarlo al torneo, a pesar de sus dos años de inactividad.

El emblemático entrenador italiano explicaría más tarde los motivos de su decisión: "Sabía que si Rossi no estaba en España, no tendría a ningún jugador oportunista en el área. En esa zona era realmente bueno, rápido, siempre listo para hacer la finta adecuada".

Los tifosi se mostraron escépticos, al igual que la prensa, y lo estarían todavía un poco más después de la primera ronda. Italia se clasificó gracias a la diferencia de goles, tras no haber logrado más que tres empates y marcado dos goles. Rossi, titular, pasó inadvertido.

En la segunda fase, los italianos se encontrarían en el mismo grupo que Brasil y Argentina. En el encuentro frente a Argentina, en el que Italia venció por 2-1, Rossi siguió sin marcar. A pesar de las incesantes críticas de la prensa, Bearzot decidió dar una última oportunidad al toscano.

Idolo de una nación

Contra Brasil, a los italianos sólo les valía la victoria, mientras que a la Seleção le bastaba con el empate. Al final de un partido extraordinario, los europeos se impusieron por 3-2, pero lo más destacado fue la explosión de "Pablito": una tripleta monumental, con su estilo más característico. Un balón robado y dos goles con la caña de pescar en el área; Rossi dio la campanada. La máquina se había puesto en marcha, y ya no se detendría hasta la final.

En semifinales, lograría dos nuevos tantos contra Polonia, antes de hacer el sexto en tres partidos en la final, ante Alemania Federal. Se proclamó máximo goleador de la competición y se convirtió en el héroe de los que sólo unos días antes pedían su cabeza. "Me sentí protegido, y eso fue un elemento determinante", declaró más tarde. El momento de gloria de Rossi había llegado por fin. Ese mismo año fue elegido Balón de Oro europeo.

La recta final

De vuelta en la "Juve", en compañía de Antonio Cabrini, Marco Tardelli, Gaetano Scirea, Claudio Gentile, Michel Platini y el polaco Zbigniew Boniek, otros dos héroes de la Copa Mundial de la FIFA española, "Pablito" adornaría su palmarés. La Copa de Italia en 1983, el Scudetto y la Recopa en 1984, la Copa de Europa en 1985...

Tras esta lluvia de trofeos, Rossi abandonó Turín para enrolarse en las filas del acérrimo enemigo, el AC Milan, en el verano de 1985. Con los Rossoneri no tendría tanto éxito, pero aún así sería seleccionado para la Copa Mundial de la FIFA México 1986, en la cual no jugó, y acabaría poniendo fin a su carrera en Verona al año siguiente, con 31 años.

Harto de las lesiones, Rossi decidió dejar el fútbol antes de acabar arrastrándose por los campos. De carácter solitario, abandonó muy rápidamente el mundo del fútbol para dedicarse a su pasión, el submarinismo. Pero, sobre todo, dejó la imagen de un futbolista fuera de lo común, dotado de un oportunismo sólo superado por una humildad que probablemente no se haya visto nunca.

Estadisticas / Récords

• 20 goles marcados en 48 juegos como Internacional (Selección de Italia).
• 82 goles marcados en 215 juegos en la Serie A (Italia).
• 102 goles marcados en 263 juegos en su carrera.

Clubes

• 1975 - 1976 (Como, Italia).
• 1976 - 1977 (Vicenza, Italia).
• 1978 - 1981 (Perugia, Italia).
• 1981 - 1985 (Juventus, Italia).
• 1985 - 1986 (AC Milan, Italia).
• 1986 - 1987 (Verona, Italia).

Pálmares

• Campeón del Mundo (1982).
• Campeón de la Liga de Italia (1982).
• Campeón de la Copa de Italia (1983).
• Campeón de la Recopa de Europa (1984).
• Campeón de la Supercopa de Europa (1985).
• Campeón de la Copa de Europa (1985).
• Botin de Oro en el Mundial de España 1982, FIFA.

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