Alemania le regaló el empate a Dinamarca en dos errores defensivos que permitieron al conjunto local compensar su falta de acierto en el remate en un partido igualado y marcado por las ausencias en ambos equipos.
Joachim Löw, seleccionador alemán, se había dejado a todas sus estrellas en casa y presentó un equipo "B" en toda regla, mientras que Morten Olsen, técnico danés, mantuvo su zaga titular, y forzado por lesiones, retiradas y otras circunstancias, armó un centro del campo y una delantera inéditos.
Dinamarca tuvo un arranque optimista, y agarrada al talento y la movilidad del joven Eriksen, puso en problemas a Alemania con un fútbol rápido y de toque, aunque sus buenas intenciones se quedaron en eso y duraron menos de un cuarto de hora.
Alemania empezó a inclinar el campo por la banda derecha, y aun llena de suplentes, tiró de eficacia: a la primera ocasión, gol. Hitzlsperger metió un buen pase entre líneas y Gómez batió por bajo a Sørensen desde el punto de penal.
Los daneses acusaron el golpe, evidenciaron falta de ideas, con la excepción de Eriksen, e incidieron en su imagen de equipo vistoso pero sin mordiente.
Con el marcador a favor, Alemania jugó como más le gusta: entregó el balón sin rubor y se dedicó a esperar algún contraataque, la mayoría propiciados por errores del rival, pero echó de menos a Özil y a Müller. La falta de inspiración de Gómez tampoco ayudó a sacar más provecho de varias opciones que amenazaban peligro.
Dinamarca se animó en el tramo final del primer tiempo, pero Wiese impidió con una buena parada que Rommedahl culminara una combinación de Jensen y Thomsen.
Olsen movió el banco y con la entrada de Silberbauer, y sobre todo Schøne, le dio otro aspecto al partido.
De éste salieron dos pases de gol, pero Pedersen, en una doble ocasión, no supo resolver frente a Wiese, que luego le sacó un uno contra uno a Eriksen, y antes, un cabezazo a Kjær, cuyo rechace Agger, a 5 metros y con el portero batido, mandó al palo.
Por momentos, el partido se convirtió en un intercambio de golpes, y a Alemania se olvidó también de las ataduras y se lanzó a al ataque, con oportunidades de Hitzlsperger y un trallazo de Hunt que Sørensen desvió al poste.
A la siguiente, no perdonó, y castigó la pasividad de la zaga danesa, que permitió a Gómez dar un pase en profundidad a Helmes, certero frente a la salida del arquero danés.
Pero Tasci devolvió el favor y en un error grosero le regaló el gol a Rommedahl en su partido centenario con su selección.
Eriksen y Agger, flojo en las dos áreas, erraron dos ocasiones que parecían condenar a Dinamarca a la derrota, pero Wiese, hasta entonces notable, quiso superar a Tasci y se lió en un despeje circense con el pecho al borde del área, dejándole en bandeja a Junker el gol de un empate más que justo.
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