La Roma cayó como local ante el Basilea, en partido de la tercera jornada del grupo E, por 3-1, que constituye la gran sorpresa de la fecha, con la que el equipo helvético resucitó sus esperanzas de clasificarse para los octavos de final de la Liga de Campeones de la UEFA.
El entrenador del Basilea, el alemán Thorsten Fink, tenía razón: su equipo llegó a Roma para ganar, pese a la incredulidad con la que fueron recibidas sus afirmaciones en la capital italiana, donde los anfitriones confirmaron estar en crisis, empatado ahora a 3 puntos con los helvéticos y con el Cluj rumano.
"En la primera parte no estuvimos muy determinados, ni siquiera hicimos una falta, no recuperamos la pelota, y me estoy preguntando por qué", señaló el entrenador de la Roma, Claudio Ranieri.
"Nuestro planteamiento en la primera parte estaba totalmente equivocado" y "luego en la segunda aumentamos el ritmo, y el resultado justo hubiera sido un 2-2", adujo el entrenador.
"Es una vergüenza, es una dura derrota. Espero que no afecte nuestras aspiraciones en la Champions", manifestó por su parte tras la derrota Marco Borrielo en declaraciones a Sky Sport. "Ahora necesitamos reaccionar", agregó. Tras haber ganado en el campeonato liguero italiano el pasado sábado ante el Génova, lo que le llevó a subir a la 13º posición, la Roma volvió a ser víctima de sus dudas en la máxima competición de clubes europeos.
El conjunto local sólo pudo igualar este martes en una ocasión en el marcador, gracias a la conexión entre Francesco Totti y Borriello, pues el segundo recibió un pase magistral del primero para superar al portero rival, el argentino Franco Costanzo, con facilidad en el minuto 21.
Pero los suizos, que abrieron el marcador por medio de Alexander Frei (12), volvieron a adelantarse gracias a un tanto del internacional ghanés Samuel Inkoom (44) y pusieron la puntilla al resultado en un contraataque que transformó en el 3-1 Cabral, suizo de origen caboverdiano (90+2).
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